Lograr que los niños y las niñas vivan a Jesús, sientan su presencia amorosa y cuenten con Él como la persona que guiará sus pasos, es una tarea que se gesta en el hogar, pero que tiene su escenario en la catequesis preparatoria al sacramento de la Eucaristía. Sin embargo, la pregunta es cómo lograr que ellos y ellas se sumerjan en esa experiencia maravillosa. A través del juego los pequeños se comunican de una manera muy natural y cualquier aprendizaje lo reciben mejor por medio de la actividad lúdica. Por eso, fruto de la experiencia de un grupo de catequistas, el presente texto, de manera creativa y divertida, enseña a los niños y a las niñas la alegría de la Buena Noticia y los prepara para recibir a Cristo con alegría y devoción.