El Vía crucis quiere reavivar en nosotros el gesto de aferrarnos al madero de la cruz de Cristo a lo largo de nuestra existencia, no es una simple práctica de devoción popular con una vena sentimental; más bien expresa la esencia de la experiencia cristiana “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.